Qué es la Placenta
Por lo general, las mujeres embarazadas no piensan demasiado sobre la placenta. Pero este órgano es la conexión vital de su bebé, el vínculo entre usted y él. La placenta se conecta con su sistema circulatorio para suministrar oxígeno y nutrientes a su bebé en crecimiento. Se conecta con el sistema circulatorio del bebé para llevar los desechos a la sangre de la madre, que luego los elimina a través de sus riñones.
Este pequeño órgano (al nacer pesa cerca de 1/2 kilo/una libra) también ayuda a proteger a su bebé de infecciones y sustancias potencialmente nocivas. Lamentablemente, no es un filtro infalible y no siempre es capaz de distinguir las sustancias buenas de las perjudiciales. Por esta razón, se aconseja a las mujeres embarazadas evitar las sustancias que pueden ser nocivas para su bebé como el alcohol, las drogas, el humo del cigarrillo y suplementos a base de hierbas.
La placenta se forma a partir de las mismas células que su bebé. Se adhiere a la pared del útero. El cordón umbilical del bebé se forma en el lado de la placenta más cercano a él.
En la mayoría de las mujeres embarazadas, la placenta se forma y crece de forma normal. Pero en algunos casos no crece correctamente, se coloca en una mala posición en el útero o no funciona bien. Puede ser demasiado gruesa o demasiado delgada, tener un lóbulo de más o conectarse en forma anormal al cordón umbilical o a las membranas fetales. Las infecciones y los coágulos sanguíneos también pueden dañar la placenta. Los problemas de placenta se encuentran entre las complicaciones más comunes de la segunda mitad del embarazo. Las complicaciones de la placenta más comunes son: desprendimiento de la placenta, placenta previa y placenta accreta.
Una vez que nace el bebé, la placenta ha cumplido su tarea y por lo general se expulsa a los pocos minutos. Su médico examinará la placenta después del parto para asegurarse de que está completa y que no queda ninguna parte dentro de su cuerpo. Si su bebé tiene ciertas complicaciones, como un retraso en el crecimiento o una infección, puede enviarse la placenta al laboratorio para realizar más análisis e identificar la causa del problema.